{Published in El Comercio on November 2025}
Las máquinas necesitan datos. Nosotros necesitamos inspiración
El 2025 ha visto la consolidación de la inteligencia artificial generativa y el despegue de los agentes. El McKinsey Global Institute estima que la IA generativa añadirá entre 2,6 y 4,4 billones de dólares de valor anual a la economía mundial, aumentando el impacto económico de la IA entre un 15 y un 40%. La narrativa de hoy está plagada de discursos de terror, pero estamos perdiendo de vista el norte. Los algoritmos coleccionan información que es procesada mediante reconocimiento de patrones, y generan resultados que normalmente serian realizados por inteligencia humana. Aquí está lo fundamental: necesitan datos y no pueden crear desde cero. Solo nosotros, los humanos, podemos crear: y no necesitamos datasets, necesitamos inspiración.
Cuando era pequeña y pensaba en superpoderes, pensaba en poder volar, teletransportarme o de repente leer mentes. Hoy en día estoy más segura que nuestro superpoder (¡y responsabilidad!) es inspirarnos para crear. Porque ambos van de la mano, sin inspiración no hay creatividad.
Cierto es que lo hemos dado por sentado. Para ser una generación obsesionada con mejorarnos constantemente, cuidar nuestra creatividad no ha sido valorizado como debería, pero aún estamos a tiempo. Así como ejercitamos la mente haciendo sudoku o el cuerpo yendo al gimnasio, ejercitar la creatividad buscando inspiración tiene que ser un imperativo.
No solo es necesario como una actividad de autopreservación. Lo necesitamos con urgencia. El adulto promedio latinoamericano pasa en redes sociales 3 horas y media. Jamás demonizaré consumir medios, pero en exceso las consecuencias son claras. En 2025, el tiempo de atención promedio de un ser humano se redujo a 8,25 segundos, inferior a los 9 segundos que, según se informa, dura la atención de un pez dorado. Ni empezar con el pensamiento crítico está en un declive visible. Estamos hiperconectados, pero extrañamente, desconectados de aquello que nos inspira. Ahí se encuentra el desafío.
Desafortunadamente, el panorama actual hace este ejercicio considerablemente difícil. Si estamos horas en el tráfico, trabajando o cargando responsabilidad, ¿cuándo puedo desconectar? Retador, pero no imposible. Si ya usamos muchas horas al dia en redes sociales. ¿Por qué no usarlas escribiendo cinco minutos, escuchando una canción que no escuchabas hace 3 años o simplemente reconectando con un hobby?
Mi recomendación es radical: Pausas de inspiración para cuidar nuestra creatividad: 10 minutos, 1 hora o 1 día. Una actividad intencional para reconectar con todo aquello que nos motiva con la vida. ¿Ver arte? ¿Disfurtar de un partido de futbol de tu equipo favorito? Es necesario. No solo porque nos conecta con la humanidad, pero porque nos ayuda a mantenernos motivados con nuestro propósito. Porque, aunque no lo sepamos, la creatividad no solo es arte. Si bien es uno de los medios más tangibles e importantes, la creatividad también se ve en la aviación moderna, la mitología griega y la causa limeña.
Es normal sentir incertidumbre por el panorama de acá a 10 años, muchas tareas humanas están siendo potenciadas, pero hay una que nos pertenece y que es hora de valorizarla. Es nuestra responsabilidad encontrar formas de cultivar nuestra creatividad, porque es nuestra ventaja competitiva.
Hi, this is a comment.
To get started with moderating, editing, and deleting comments, please visit the Comments screen in the dashboard.
Commenter avatars come from Gravatar.